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Municipio Tamboril, Santiago, Republica Dominicana

Historia

La palabra tamboril, según el diccionario académico, significa” tambor pequeño que, colgado del brazo izquierdo, se toca con sólo palillo o baqueta, y, acompañado por lo común al pito, se usa en las danzas populares”.

También se conoce con el nombre de tamboril al instrumento musical de percusión membranófono de forma cilíndrica percutido o golpeado con baqueta, típico de la península ibérica. Es similar al tambor, pero se diferencia de este en que posee caja más estrecha y alargada y el sonido se produce al golpear una membrana tensa con un palo.

El tambor se define como un “instrumento músico de percusión, de madera o metal, de forma cilíndrica, hueco, cubierto por dos bases con piel estirada, y el cual se toca con dos palillos”. El tamboril se toca golpeando con un solo palo. El tambor con dos. El tamboril es de origen español. El tambor, de origen africano. Esto quiere decir, que Tamboril es un municipio cuyo nombre entraña uno de los rasgos por excelencia de nuestra identidad o ser nacional, por cuanto se asocia a uno de los instrumentos empleados para ejecutar nuestro principal baile folklórico.

Conforme a lo antes dicho, no resulta extraño, pues, el cultivo y valor que en este pueblo se les confiere a nuestras más auténticas manifestaciones folklóricas tales como el baile de palos, celebración fiestas patronales, poesía popular, entre otras.

Acerca del porqué del nombre Tamboril, cuyo nacimiento se remonta a la época de la colonización, hay que afirmar que su origen y aparición se pierden en las brumas del pasado y el manto de las inferencias. Si bien existen varias teorías que intentan explicar dicho origen, ninguna de ellas, desde el punto de vista científico, puede considerarse definitivamente cierta por no existir las pruebas que la validen.

La primera de esas teorías establece que en tiempos muy remotos residían en esta zona unos indios que solían divertirse haciendo sonar unos tambores cuya música se esparcía por toda la comarca.

Una segunda versión da cuenta que, en una oportunidad, las huestes españolas dirigidas por Gines de Gorvalán, al pasar por esta zona o por lo que para aquella época no era más que una humilde aldea indígena, decidieron acampar aquí y construyeron sus casas de campaña en la orilla de un arroyo que descendía de la cordillera septentrional. Que ese arroyo, al llegar a la parte llana, formaba un pequeño charco o poza al cual iban a parar las piedras arrastradas por la corriente. Y que esas piedras, al caer en el charco, producían un extraño sonido que al ser escuchado por uno de los españoles acampados, hizo que este exclamara bastante sorprendido: ¡Suena como un tamboril!

La tercera versión, y al parecer la más socorrida, sostiene que por una de las comunidades cercanas, específicamente Haina, cruzaba un río cuyas aguas, al chocar con unas rocas situadas al fondo de una pendiente, producían un sonido similar al de un tambor, dando lugar, este fenómeno natural, al nombre de Tamboril.

Debido circunstancias diversas en el curso de su desarrollo histórico, a Tamboril se le ha identificado, dentro y fuera del municipio, con las metafóricas denominaciones de «La villa de los samanes», «La tierra de Tabaré» y «Pajiza Aldea», esta última, la más popular y conocida de todas.

 

Constitución Jurídica

El territorio dominicano, en el curso de su proceso histórico, ha sufrido cambios importantes y numerosos en su estructura territorial, así como en los nombres que cada una de las divisiones resultantes han originado. Cada nueva división política ha sido el resultado de la medida administrativa tomada por el gobierno de turno y/o de la reforma constitucional que en un determinado régimen fue llevada a cabo. Tal realidad, como podrá apreciarse en las líneas que siguen, contribuyó de manera determinante en la conformación jurídica del municipio de Tamboril.

El 27 de septiembre de 1866 fue aprobada una de las tantas reformas que se le han hecho a nuestra Carta Magna. Según esta, (Art. 3) el territorio dominicano se divide en provincias, las provincias en distritos, estos en comunes, las comunes en puestos militares y estos en secciones.

En 1875, la denominación Puesto Militar, fue sustituida por la de Cantón o Puesto Cantonal. En tal virtud, Tamboril, que antes se conoció con el nombre de “Los Liceyes” y más tarde “Las Estancias”, fue elevado a la categoría de Cantón o Puesto Cantonal, mediante el decreto No. 1433, de fecha 19 de julio del antes citado año, emitido por el presidente de turno, Ignacio María González.

Fue elevado a la categoría de municipio el 3 de junio de 1900, en virtud de la resolución No.4002 emitida por el Congreso Nacional. Cuatro días después, el 7 de junio de 1900, el presidente Juan Isidro Jimenes emite el decreto No. 4002 mediante el cual el cantón de Tamboril fue designado con el nombre de Peña (Cantón Peña) en honor al prócer y general mocano Jerónimo de Peña, muerto en combate contra los haitianos en la célebre batalla de Sabana Larga. Pero no obstante haber sido llamada oficialmente Peña, la generalidad de sus habitantes de aquí continuaron identificando a dicha comunidad con el tradicional e histórico nombre de Tamboril.

En 1907, durante la gestión del presidente Ramón Cáceres, nuestra carta magna sufrió una de las tantas reformas que se le han hecho desde su redacción en 1844. Producto de esa reforma, el término Cantón o Puesto Cantonal quedó abolido y se restableció el nombre de Común. A partir de ese momento a la comunidad de Cantón Peña se le llamó simplemente Peña o Común de Peña, denominación que se mantuvo vigente hasta 1962.

La Constitución votada el 1 de diciembre de 1955 varió el concepto territorial, y en virtud de ese cambio, las antiguas comunes recibieron el nombre de municipios.

En 1962, un grupo compuesto de 1,670 prestantes ciudadanos nativos del municipio de Peña, provincia Santiago solicitaron al Consejo de Estado que se restableciera el nombre de Tamboril a dicho municipio.

Considerando que los argumentos esgrimidos o circunstancias señaladas en dicha solicitud justificaban la restauración del antiguo nombre de la citada localidad, el Consejo de Estado, presidido por Rafael F. Bonelly promulgó, el 27 de junio, la ley #5977, mediante la cual la Común de Peña recuperó el nombre original de Tamboril el cual había perdido, irónicamente, en el mismo año en que fue elevada a la categoría de municipio, esto es, en 1900.

Cultura

Tamboril es un pueblo decididamente apegado a sus valores tradicionales. Manifestaciones folklóricas ya extinguidas en otras zonas de la República, aquí se preservan y cultivan con inusitado entusiasmo. Entre estas merecen citarse las famosas retretas dominicales, a cargo de la banda de música, hoy lamentablemente un tanto en vía de extinción; el famoso palo encebado y el juego de las corridas de sacos; se toca y baila la música de palos hasta en bares y discotecas, como si se tratara de un baile normal, hecho que ha contribuido grandemente a la difusión aquí de este contagioso ritmo.

Sus fiestas patronales, dedicadas a San Rafael, son de las más alegres y concurridas de la Región, por cuanto a las mismas se dan cita habitantes de todos los pueblos circunvecinos. Para elegir la reina de estas fiestas rige un procedimiento bastante original y no menos motivador: la que haya alcanzado el más alto índice académico entre las alumnas de los diferentes centros educativos del municipio, será proclamada reina. El mismo criterio se emplea para la elección del resto de la corte.

Uno de los rasgos que más distingue a los habitantes del municipio de Tamboril es el acendrado amor que estos sienten por su pueblo. Quizás no exista otra zona del país cuyos moradores muestren mayor cariño o defiendan con tanto ardor el lar donde nacieron. Tal sentimiento aparece fiel expresado en la famosa declaración del poeta Hernández Franco: «Yo fui tamborileño en París, en York, en Centroamérica y en Santiago…»

Merced a ese amor los tamborileños radicados en Nueva York se reúnen todos los domingos en el Centro Comunal “Tamboril”, ubicado en Manhatan, a intercambiar impresiones, compartir recuerdos y proporcionarse ese calor humano que necesita todo aquel que se encuentra lejos de su patria chica. Y merced a ese amor esos mismos tamborileños regresan a su pueblo en octubre de cada año a celebrar con sus amigos y parientes las fiestas patronales, participando en competencias deportivas, actos de reconocimientos a munícipes destacados y en otras importantes actividades.

Turismo

El principal río es el Licey. La cuenca de este se encuentra en la vertiente sur de la Cordillera Central y tiene un área de 549 kms². Nace el río a una altura de 700 metros sobre el nivel del mar y su cauce tiene una longitud de 55 kilómetros. Desemboca en el río Camú.

El pico Peñón, el extremo más elevado del municipio y considerado como una reserva ecológica, opera como tanque de almacenamiento de las aguas que nutren los manantiales que dan origen a los ríos Licey Blanco, Licey Prieto y Yaroa. Estos, unidos nutren o dan lugar al nacimiento del río Licey, el mismo que hace dos años aumentó su caudal y al desbordarse produjo una muerte y cuantiosos daños materiales.

En una de las comunidades de Tamboril, Guazumal, se encuentran varios pozos de agua potable que al decir de expertos en la materia podrían ser parte de un acueducto, el primer acueducto español de América, construido por los españoles hace ya más de quinientos años. De todos estos pozos, sólo uno se encuentra emanando agua, por cuanto los demás yacen bajo tierra o cubierto por matorrales. Dicho pozo, mejor conocido como La Tina de Guazumal y venerado por las personas de aquí como patrimonio de la comunidad, nunca se ha secado, y el agua que del mismo emana, según la creencia de algunos, además de emplearse para el consumo humano, posee poderes curativos, vale decir, sirve para curar determinadas enfermedades.

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